01 noviembre 2011

Mujer guerrillera del mal.


Miraba
tus trenzas
tu rostro
moreno
indio americano,
esa belleza
ancestral
rodeando
tus cuencas,
tus ojos
cansados
y ojerosos.
Con jean
y suéter
ajustado,
podrías
ser reina
del burger-in,
tu pantalón
marrón
suelto,
tu chaleco
haraposo,
tu abrigo
desteñido
y el pelo
desgreñado,
eras dulce
con tus hijas.
Parecías
una guerrillera
de Centroamérica.
Podías estar
en el póster
famoso
con tu hija
en los brazos
y un fusil
atravesado
en la espalda.
Eras la prole
y el destino
seguro,
no estuvo
jamás contigo.
Bajaste
del microbús
y quedé
pensando
en Nicaragua.
en Salvador
en mis compañeros(as)
del Frente.