11 junio 2012

LA CULTURA Y EL PODER

Un catedrático comentaba que los jóvenes que hoy ingresan a la universidad carecen de cultura y sofisticación, lo de sofisticación es quizás un desacierto cargado de una ironía clasista, lo otro es cuestionable si llevamos esta reflexión desde un análisis más profundo, considerando la diversidad cultural que podemos encontrar en la sociedad.
La cultura es el desarrollo del conocimiento en general, aquello que la sociedad nos entrega, deportes, noticias, costumbres, lenguajes, música, arte, etc. Sin embargo, esta difiere de acuerdo a los distintos estratos sociales.
¿Qué cultura se requiere para ingresar a la universidad? esta es la pregunta que como sociedad nos debemos plantear.
Porque como sabemos, todo es cultura, sin embargo hay disciplinas dentro de estas mismas formas culturales que pasan a ser dominantes dentro del conocimiento, los lenguajes como: las matemáticas, las artes visuales, la música, el propio lenguaje, los deportes, etc.

Entonces cuál es la cultura que requiere la universidad, sin duda es la que se relaciona con los saberes mas dominantes del poder, con esos que administran el conocimiento y esa cultura se radica en un estrato social específico que corresponde a la minoría más poderosa y de mayor ingreso económico del país, es decir el 10% de la población que es capaz de tener una cultura inherente en saberes y conocimientos. En esta cultura se desarrolla la universidad entre, el teatro, el cine, las bibliotecas, los foros, las charlas, la música, las artes visuales, la investigación científica, el debate social y político, etc.
Al otro extremo de la sociedad están las masas asalariadas, la clase trabajadora, las minorías sexuales, el pueblo indígena, el campesinado que perciben ingresos económicos paupérrimos, que apenas les alcanza para sobrevivir. Donde la cultura de estos sectores es la del barrio pobre, la del campo, lo rural, desarraigado del conocimiento y el saber que se vincula al poder, es un mundo que se mueve entre el deporte de las canchas de tierra, el club deportivo del barrio, la misa del domingo, la feria, los clubes de ancianos, centros de madres y los espectáculos que el sistema les ofrece de entretención. Una cultura rica en tradiciones, solidaridad de clase, una cosmovisión del mundo de la tierra en los pueblos originarios de sabiduría popular, sin embargo esta no es la cultura que el poder sustenta, mas bien es excluida y negada en muchos periodos históricos.
En esta dicotomía o más bien pluriculturalismo nos enfrentamos a la educación que la sociedad espera, lo que se espera encontrar del estado, esa educación de calidad, equitativa y que permita a los cientos de jóvenes alcanzar ese saber y conocimientos que le permitan un desarrollo integral, un mejor pasar y sea un salto cualitativo en su calidad de vida.
Cuál es la educación que el estado ha brindando en estos 20 años de retorno a esta seudo democracia.
Los programas de estudio ideados por el estado, se enfocan prioritariamente en desarrollar un conjunto de técnicas y habilidades que les permita a los jóvenes ingresar al mundo del mercado, a la competencia y a escalar , modelo propuesto por la ideología imperante, el neoliberalismo, administrado principalmente por el estado y regulado por el mercado
Entonces qué ha pasado con esta educación, cómo se mide su calidad: año tras año se verifica a través de instrumentos de medición, principalmente dos variables: el SIMCE en la enseñanza básica y media y la prueba de selección para la universidad PSU, ambas mediciones implican que los jóvenes y adolescentes adquieran el dominio de una serie de contenidos y habilidades supuestamente entregados por la escuela a través de los planes de estudio.
Quienes sustentan esta misión dantesca son principalmente los docentes, profesores y profesoras formados dentro de este mismo sistema de mercado e ideología.
Ya sabemos que la familia dejo hace mucho tiempo de ser el factor principal y base de esta quijotesca misión, la educación de los hijos(as).
El hogar tampoco representa el espacio donde mayor tiempo pasan los jóvenes. La gran masa de jóvenes y adolescentes pasan gran parte de su vida frente al computador, el chat, el nintendo, la esquina, la discotecas, el carrete y algún deporte para mantenerse en forma como hedónicamente lo dicta el mercado.
Han trascurrido más de 20 años de la mayor reforma en educación de nuestro país con la creación y reenfoques del currículo y programas, con un gasto en infraestructura muy grande, con planes de capacitación e incorporación de mas horas en algunas áreas como lenguaje, matemáticas y ciencias, sin embargo los resultados han sido un rotundo fracaso, la deserción escolar se ha incrementado, la cesantía juvenil ha aumentado, la violencia juvenil, los embarazos adolescentes, la escasa participación de los jóvenes en la política, la desconfianza en los políticos, etc. son el reflejo de que hay un estrepitoso fracaso.
En el estado actual de cosas la educación termina siendo un privilegio y la enseñanza superior un lujo, más del 90 % de los jóvenes no tienen cabida en la educación superior, sea universitaria o técnica por representar un gasto económico muy alto, acentuado además por la pésima formación que entrega la educación pública y subvencionada.
Los argumentos del por qué era necesario estudiar y capacitarse que se daban años atrás ya han perdido validez, la supuesta movilidad social no existe y el desarrollo de una mejor calidad de vida es una utopía.
Quienes realmente pueden acceder a estos niveles son esa clase privilegiada que pertenece al 10% más poderoso de la sociedad, con escuelas propias, con universidades propias con asientos de trabajos heredados, que pueden alcanzar el conocimiento directamente, (si quieren saber de las culturas mayas y aztecas, viajan, si quieren saber de la pirámides toman tures por el Nilo, si quieren saber de Roma visitan el Coliseo) todo esta a su alcance bibliotecas, libros, laboratorios, etc.
Ante esta realidad transita la otra juventud, la de la gran mayoría de Chile, sin una educación de calidad, sin medios económicos para incorporarse a las universidades, sin una cultura que le permita manejar un lenguaje para llegar a ese nivel, sin pensamiento propio, sin el desarrollo de todas sus capacidades intelectuales, alejados del conocimiento y el debate por lo mismo sin una conciencia de lo que padece.
De más está decir que quienes egresan de la universidad tampoco están ajenos a esta decadencia, las mediciones realizadas a profesores recién titulados demuestran un nivel de pensamiento estancado por decir algo, profesionales egresados incapaces de argumentar, de reflexionar, de dialogar , con lenguaje y vocabulario escasos. Ellos son los que educarán a nuestros niños y niñas.
Lo anterior sólo nos muestra como el modelo esta transversalmente coludido, por un lado una cultura entregada e impuesta por los medios de comunicación chabacana, televisión y radio mediocre, prensa sensacionalista, deporte exacerbado, realitis sin profundidad, show y concursos superfluos, miles de concursos como el loto, raspe, polla, kino, para generar la expectativa fácil y salir así del hoyo de la pobreza.
También por otro lado, el sistema entrega a nuestros estudiantes los profesores egresados de la universidades con los estándares mas bajos en conocimiento y manejo de disciplinas y con un escaso nivel de lenguajes. Pareciera una profecía auto cumplida.

Todo lo señalado anteriormente nos hace cuestionar el estado actual de cosas: qué podemos esperar ante esta elocuente situación del modelo NADA, de este modelo mercantil neoliberal NADA, de la educación del estado para nuestros estudiantes NADA, porque esta conclusión tan perversa, aunque, simple y de matemáticas básicas: sabemos que el 10% de la población es la que gobierna, administra, tiene acceso al saber y al conocimiento, ordena el mercado, las ciencias, las artes, etc., permitirá acaso que el otro 90% compita para entrar a autogobernarse y cambiar el orden de las cosas, la respuesta es obvia.
Todo lo que acontece en el mundo visible e invisible es manejado y administrado por el poder, sin embargo nuevos aires refrescan el ambiente desde la revolución pingüina hasta las movilizaciones del 2011 en todo el país. Los jóvenes del mundo universitario y de la educación secundaria han tomado conciencia que algo huele mal y anda mal en el país, esta nueva oleada joven busca encontrar nuevos espacios sin el permiso del modelo e irrumpe agresiva contra el orden establecido y acapara el reconocimiento de toda la sociedad, es una irrupción que llena de esperanza y pone a nuestro país a tono con el resto de Latinoamérica, algo esta pasando y los movimientos surgen con fuerza para colocar en la mesa sus demandas invisibilizadas por muchos años, solo falta que las generaciones pasadas se despercudan y asuman el rol que les fue propio en los 80 y 90, la unidad de generaciones padres, hijos, hermanos, abuelos permitirá reconstruir el Chile que tuvimos y que merecemos el país de los sueños de Recabarren, Allende, Marotto, Enríquez, Guerrero, Waibel, Negme, Catrileo, Elena Cafarena, Gabriela Mistral y de tantas mujeres y hombres dignos de nuestra historia, de nuestra cultura. La cultura del pueblo que abra nuevamente las grandes Alamedas para crear un nuevo sueño…