23 octubre 2017

Mi soledad tiene tu nombre

Nada crees
ni siquiera
mi muerte,
la de cada día.
La que viene con
niños torturados
con viejas
en la espera
de la consulta.

La muerte
de perros
callejeros,
atropellados,
o envenenados
tirados en una
zanja vacía
Nada crees
ni la luna
sobre tu velador,
ni mi ojo en
la espalda
o la mirada silente
sobre tu piel
cada noche
cada instante.
Entre tu depre
quisiera que oyeras
mis gritos de ternura,
el plato reluciente,
el pan al desayuno.
Mi llanto oculto
entre las hojas.
Pero aun te amo
por que mi contrato
fue carne y sangre
esperanza y dolor.
A veces crujen
tus huesos
y se parte
mi oído
tiembla mi estructura
como el dicho,
no soy de fierro
y lloro tu rodilla
gastada
gimo tu
cabeza partida.
Despierto y
entro a tu cuarto
y verifico que estas,
aunque maldigas
mi boca.
Y te vuelvo a descubrir
abriendo una puerta
donde esta mi sonrisa
y empiezo este amor
como si entre nosotros
nada hubiese sucedido.

Entiendes
que pasan cosas
que mis manos están
con tierra y lodo.
El corazón me
palpita aterrado
y no quiero
verte tendida
como esa mariposa
gastada por el viento
por que
te amo
aunque vengas
con tus piernas débiles
y tus muletas
se tropiecen
en mis pensamientos.
Los días míos
son vertiginosos
las noches son eternas.

Mi soledad
tiene tu nombre.

Ni melodías o palabras

Bajo el asfalto
asoman los adoquines.
Bajo estos
asoma la cal
y el arena.
Ahí
antes
hubo
floridos
arbustos,
acequias
con berros
y vegetales.
Olia a boldos,
humo
de rukas
y guano
de pajaros.
Chacras
regadas por
el Mapocho.
Ahora espestilencia
de escapes
a petroleo,
bocinazos.
Llegaron armados
y ya no hubo
pastizales
ovejas o kiltros.
El humo
de las rukas
no inundo
de olor a leña
las llanuras.
El Huelen
ardió por los
cuatro costados.
Las asequias
transparentes
no llenaron
de lodo
el juego
de los peñis.
Despues de las
carretas
y tranvias
se rasgo
la tierra
y las vegas
se llenaron
de trenes
subterráneos.
Nos fuimos
hundiendo
metiendonos
para adentro
y mi risa nunca
mas fue de otros
y sus llantos
fueron ahogos.
Todo esto sucedio
después de adoquinar
la tierra,
de asfaltar
los adoquines.
Crecieron los rascacielos
amurallaron el rio
sellaron con hormigon
los causes transparentes.
Arrinconaron los bosques
y los miles
los millones de habitantes
nos fuimos quedando
solos.
En la soledad
del individuo
y tu con tus melodias
y yo con mis palabras
no pudimos
hacer nada.

06 octubre 2017

Apareces en la ciudad

No hay ciudades,
ni calles posibles.
¿ Hueles?
el gris que derriba
zorzales
y caen de sus nidos.
Ya no pasan
los colibríes
sobre las rosas.
Los diminutos oídos
se revientan
el vomito de la calle,
el aullido de transeúntes
derriba árboles
y extermina los sueños.
Donde recorrían
caracoles silenciosos
y orugas de mil pies.
Ahora bajo el concreto
de los mall
ateridos sucumben
En el cristal rebotan
las mariposas.
Así de pronto
apareces suave
en medio de la ciudad.
Me penetran tus ojos
de china de la pampa
y florecen los estantes
en mi cuarto.
Despiertas en mi boca
y te llamo a gritos.
Te disuelvo
como lluvia del sur.
Abres mi vientre
como un cataclismo
y entras a las raices
a quedarte aferrada
en mis muslos.
Ah si no existieras
sobre las calles
las palabras rodarian
como hojas quebrajadas
por las pisadas.
Te extiendes
en mis caminos
y nos envolvemos
de humo, de flores
y sobrevivimos al otoño.
Hay calles
y paredes marcadas
con la historia.
Dolidas y desaparecidas.
No podría
recorrer estas avenidas
sin tus pies.
Contigo avanzo
y llevo mis apuntes
para contar nuestra historia
esta de amor, de héroes.
Nos encontramos
al dia siguiente de las mentiras.
Te quise amar
a veces tu me amas
vamos dando caricias
como migas a los gorriones
Asi de tanto grano
un dia haremos montañas
para armar
una revolución
y cuando regreses
a pisar las calles
estaré siempre
esperando al otro lado
para rodearte
de flores y besos
en el alma.