A proposito del tal Mc Paul Carti o los Beatles.
Nunca me importaron esos gringos culiaos con sus guitarras eléctricas y esa irrupción de música en mi tierra indígena latina .
Otra forma de intromisión de los ingleses colonialistas.
Creó vivía en una realidad paralela cuando empezaron a sonar, mi vida de cabro, era la de la pobla de ojotas y pantalón de saco harinero teñido en un tarro en el fogón del patio.
Seguro pues en mi puber y adolecencia de pobla, latina y rebelde yo no rezaba en la iglesia del catecismo y odiaba a Dios. Eran los años 60 a 70 y vietnam olía a fósforo de esos de las cajitas con la cordillera o el copihue tan chileno.
El napalm ardía en los cueros de los niños y niñas de ojitos rajados.
Apenas tenía 12 años y me iba a la marcha contra los yankies gou jom. Entre los cabros de la Ute sacandole los suspensores a los trolebuses eléctricos para las barricadas , yo corriendo con mameluco de crea tieso como almidonado entre las lacrimógenas y las piedras libertarias.
Era Vietnam versus la montonera de hippies que se drogaban y culeaban a poto pelado en el festival de Gustow.
No cachaba a los hippies con sus tenidas de colores, las chicas con sus trencitas y fumando huiros a pie pelado tomando helados en Providencia. Mientras los pacos apaleaban a los estudiantes que protestaban contra Vietnam frente a Estación Central y Angela Davis marchaba con los negros en Washington Dc. y los arrastraban del pelo a los furgones policiales.
Eran duras esas protestas, mientras, en la prensa de la época aparecía la Yoko y Lennon haciendo el amor en una vitrina en protesta contra el sistema. Me recagaba de indignación, ya en el mercado estaba inundado de las poleras, las chalas, las arpargatas, era moda, todas y todos eran hippies y cantaban a los Beatles o tu silueta va caminando.
Y Cuba era invadida por esos yanquis y gusanos para asesinar a los barbudos que liberaron al pueblo de Batista. Ahi dejaron el regadio de muertos de latinos en playa Giron. Aca surgian los tres barbudos en Valparaiso que luego serian el Quilapayun. Ya con mis 14 años deambulaba entre el Fer, jovenes de Mir y la jjcc. Frei gobernada y mataban campesinos y seguian apaleando a los cabros y cabras de la Ute que aliados a los del Aplica y del Amunategui le daban a piedrazo limpio contra el guanaco.
Quizas todo ese entorno me hizo adverso a la musiquita de la guitarra eléctrica y la bateria. Era de esa realidad paralela. En la pobla guitarreaban y tomábamos vino caliente y cantábamos a un Victor Jara que recien aparecía en algun escenario del liceo o de la población la Pincoya o Barrancas.
Por eso no me admira ver a Piñera y sus ministros viendo al Paul y a todos y todas las multitudes coreando Yellou Submarine. No condeno, excepto a los derechistas, que siempre coaptan todo sin embargo me resto a ese fervor popular de un gringo culiao que recibe al presidente de Chile como el ilustre invitado y me quedaré con esos gritos de trastienda que a todo pulmon gritaban: Ladrón concha tu madre, ministros rapiñas, dejen de robar al pueblo.