Feria libre del barrio Yungay
La feria ha sido tradicionalmente el espacio del barrio donde
largas hileras de pequeños comerciantes,
artesanos y variados oficios se
congregan para ofrecer sus productos a un precio muy conveniente para la gran
masa de clientes.
Verduras, hortalizas,
legumbres, frutas de la estación, pescados frescos, productos no perecibles, venta directa de
jugos de frutas, pocillos de pescado crudo, sopaipillas, etc. es la
gran variedad ofrecida en medio de
gritos melodiosos, “ lleve mis manzanas”, “duritos mis melones “,” ricooos mis
tomates” .
Entre la multitud se aprecian diversos colores de piel,
mulatas, morenos, rubios como también distintos acentos en el hablar, es que por
estos barrios, Yungay y Brasil una gran cantidad de inmigrantes latinos a llegado,
nacionalidades diversas como:
peruanos, bolivianos, colombianos, haitianos, ecuatorianos que también viven
las penurias económicas de los chilenos transitan con sus colores propios ya
sea en venta como en compras.
Las ferias hoy se han convertido en un patrimonio cultural
vivo, sobretodo en algunos sectores de Santiago, siendo quizás en estos
barrios los más emblemático dada la gran cantidad de inmigrantes asentados .
A este comercio tradicional y antiguo, que data de mas de 100
años y que en 1938 en el gobierno de Pedro Aguirre Cerda se oficializo por
primera ves con su autorización en plazas
y calles con la finalidad de vender del
productor al consumidor.
Desde las crisis
económicas de 1982 se adhieren a estas ferias
los llamados coleros, puestos de venta ilegales al final de las hileras de
comerciantes establecidos, el objeto es vender lo que se pueda para ayudar a
parar la olla. Los coleros ofrecen de todo, generalmente lo que sobra en sus casas, lo
recolectado en la semana, los cachureos vendibles para poder ayudarse en la
sobrevivencia diaria, es aquí donde se aprecia que la prosperidad económica
no llega a todos los sectores. También se han agregado cocinerías y ventas de
comida de distintas nacionalidades lo que hace esto un espacio multicultural
gastronómico, donde la vecindad puede llegar a comprar un plato de comida para
su almuerzo dominical tan variado como las culturas que las ofrecen.
Lo anterior es lo que hace a la feria un patrimonio nacional,
su antigüedad, sus características, su pluralidad y el folclor que la propia interacción desarrolla. Es
normal ver en las ferias hoy día a turistas recorriendo y admirando esta
actividad, recorriendo entre carros, lonas, paños tirados en el suelo, músicos
y griterío para ofrecer sus productos a
los vecinos del barrio.
Si quieres pasar una mañana agradable, disfrutar de una buena comida, adquirir frutas o pescados
frescos no lo dudes, toma el tren
subterráneo baja en la estación Quinta Normal y camina dos cuadras hacia la
cordillera, el bullicio y los
transeúntes con bolsas y carritos te indicaran donde se ubica la gran feria del
barrio Yungay.