01 agosto 2013

Lautaro, calle Valdivia

Lautaro, calle Valdivia
Aun siento el frio calarme los huesos en Lautaro caminando por calle Valdivia, sin embargo el por dentro por ese costado del alma se siente tibiecito.
Lautaro una ciudad sureña, simple, sin  grandes hipermercados o mall como si el avasallador consumo hubiese pasado de largo y dejo tan pueblo simplemente bella ciudad. Hermosa de adentro hacia afuera por que la dulzura y la humanidad esta en sus casas al interior de su habitante tibio de leña y sonrisas, tierna de palabras y atenciones.
Ahí, nos encontramos un grupo de soñadores y quijotes contra los molinos, desde un premio nacional de historia profesor  Jorge Pinto, de la Universidad de La Frontera,  hasta una mujer de cabeza blanca leyendo sus versos en homenaje al Neruda del amor y el compromiso.
Ojala todo lo vivido sea un signo de esperanza de estas ansias de volver a la humanidad de la amistad y el amor, por que es paradójico alentador ver que la mas grande de las construcciones de Lautaro es el edificio hormigón, vidrios y madera sea el edificio de la Cultura, ahí en sus espacios sobrios de bella arquitectura compartimos poesía, cuentos, historias y conversaciones. Escritores de experiencia y adolescentes que descubren casi en su infancia y construyen palabras de amor y ternura.
Nos dimos cita a este Encuentro de Literatura e Historia convocada por la municipalidad de Lautaro y organizada por un grupo de gestores encabezados por Patricia Mora, historiadora, poeta y curadora de documentos históricos, conocida en el ciberespacio por la Dama del Lago y el historiador y cronista Héctor Alarcón creador de varios libros de calidad innegable.
Llegamos a la Araucanía, compartimos lecturas, desayunos, almuerzos, nos reconocimos como amantes de la belleza de las letras del patrimonio histórico escrito y oral.
Todo fue sorprenderse para quienes no conocíamos Lautaro, la cultura tiene espacio y además en Leftaru las casas son humildes como la poesía de Jorge Teillier el gran poeta nacido en ese rincón de la Araucanía, tertulias en el Centro cultural el edificio mas moderno del pueblo con sus salas para talleres y su anfiteatro.
Sin embargo el encuentro mas significativo lo tuvimos  en el campo, en tierras mapuches con niños y niñas de la Escuela Rural Vallepenco que por su importancia y compromiso con sus estudiantes, merece una nota aparte, en ese espacio comparten con su mapu, peñis y sus maestros. Ellos prepararon nuestra recepción, café, almuerzo y muestra  de gastronomía mapuches, piñones cocidos, mote, sopaipillas y otras. Aquí se confronto la historia escrita presentada por el premio nacional de historia 2012 profesor Jorge Pinto y el sabio mapuches Andrés Tripaiñán, junto a   Reinaldo Tripaiñán, lonco de las comunidades del lugar y Carlos Robles Hurtado, poeta y como  moderadora la profesora de Historia Andrea Saavedra Teigue, de Victoria. Testimonios vivos, anhelos, sueños, reivindicaciones, proyectos de investigación y poesía femenina. Bella la presentación de los estudiantes de la comunidades del sector que al compas de las flautas y kultrunes presentaron una danza, el  purrum  demostrando el respeto y orgullo en sus caritas de niños y niñas mapuches.
Este es el recuerdo que me traje, de alegría y esperanza por que  en el sur de la patria, la cultura es importante y la sociedad de consumo y el mercado de lo suntuario pareciera no haber llegado y se siente en el aire de leña y tierra húmeda, la conciencia del amor a la tierra, a las culturas originarias y la palabra hecha sustancia en escritores viejos y niños y niñas que seguro serán el relevo muy pronto.
Hasta pronto Leftaru, tierra de mapuches  donde solo la contradicción  se da en el nombre de sus calles. Lautaro, Valdivia, Brasil, Erasmo Escala, Matta, pareciera que Leftaro quedo sin sus guerreros y galopa solo entre sus tierras ancestrales.
Salvador Pastore