Ya sabremos oler una manzana y una copa de buen vino. También mirar perderse al sol tras los bosques o ahogado entre el brillo de la luna y las olas a la distancia. Ahora somos pobres y falta el gas para cocinar. o un pan al desayuno. Sin embrago tengo tus brazos en mis ojos. ¿ Haz visto el hambre vidita mía¿ Vernos a la luz de las velas podría ser romántico y calentar un te en el fogón un juego de ternura. Sin embrago al fondo duele No es nuestra la elección. Son los sueldos de miseria El corte de luz. Horas de explotación. Mañana será un pan pero huele y sabe dulce si son tus manos las que sirven la mesa y tu boca besa mi boca…
Podía venir a buscar tu vuelo. Uno de alas doradas. Un nuevo sueño. Mi lengua doblada en tu boca. Sin pedir nada. mecer la flor, rosarte los pétalos. Revolotear silencioso en la noche de tus pechos. Iluminar las sombras tú girando en mi cabeza. Caer de alas nostálgicas y llegar sin ser suficiente. Antes del amanecer. Mañana, quizás las mariposas surcaran en su último vuelo y que seas mía antes de que sucumban. Quiero doblar la mano al universo. Y que vueles por las galaxias. Que seas la libélula eterna Que no desgaste tus alas el viento. Que amanezca mi pelvis entre la transparencia de tu vuelo y que dentro de mis ojos revolotees como si toda la luz fueran mis manos y mi piel lacerante te cruce de sur a norte. Te buscare para amarte. Aunque sea solo un vuelo leve o simple Hare de la primavera la eternidad y que tus alas bellas rodeen mi vientre para siempre.