21 abril 2006

Poesías del libro Amor, Nostalgías y Rebeldía.

Una tarde cualquiera.-

Se volvió disperse la tarde.
Tenía la intensión de verte.
Lejos en otro continente
caían bombas.
Acá la tarde
moría con palomas.
Lejos quedaban huérfanos.
En los huecos de las bombas
sepultaban las madres
y sus pequeños ángeles.
Huían los vendedores
ambulantes.
En el Fuerte
de San Bernardo
encontraban osamentas.
Era la tarde melancólica
y la luz moría,
todas las tardes
mueren los rayos.
Hoy era diferente.
Te estuve esperando, no bajaste
de ningún microbús.
Caminé por las calles atardecido.
Un miedo inundó
los pasos que venían.
En Kabúl los aviones
oscurecían la tarde.
En San Bernardo
aparecían cráneos
con orificios de balas.
Miles de cuerpos
mutilados.
El sol se desvanece
tras un hoyo de ozono.
El teléfono sonó ocupado.
Parecía tan extraña la tarde
sin tus pasos.
En Medio Oriente
un joven explotó
su cuerpo.
El estruendo
hirió a otros niños.
Un tanque destruía
una casa.
Las palomas
volaban.
En internet 4 millones chateaban.
Los vendedores
ambulantes salían
de la comisaría.
Tu dormías
mientras la tarde
me aplastaba.
Por qué este afán permanente
de querer intensamente
que me ames.
De querer
tanto a la humanidad
en una tarde cualquiera.

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