Marcos Ana y la magía de la vida.-

La vida es siempre de amores y desamores le decía a Rodrigo, hablando nostálgico al recordar al amor que aun llevo dentro. Siento que hoy se hace mas vigente que nunca leer al gran poeta Marcos Ana quien entre sus versos de pasión por la vida tiene uno llamado:

“ Mi corazones un patio”
La tierra no es redonda:
es un patio cuadrado donde
los hombres giranbajo
un cielo de estaño.
Soñé que el mundo era
un redondo espectáculo
envuelto por el cielo,con ciudades
y campos en paz, con trigo
y besos,con ríos, montes y anchos
mares donde navegan corazones
y barcos.Pero el mundo
es un patio.
(Un patio donde giran
los hombres sin espacio.)…
(fragmento)
A Marcos Ana lo leí hace mucho tiempo atrás, andaba en busca de la poesia y el amor, lo encontré en 1978 entre unos viejos libros en una feria de cachureos, lo tome, leí el prologo que Neruda le dedica y no pude soltarlo hasta el día de hoy…poemas que fueron un tesoro en esa época mas dura de la dictadura, sus palabras sonaban como la esperanza mas profunda de un comunista que sufrio la detencion en las mazmorras del fascismo franquista por veintitrés años. Era una edición de 1963, año posterior a su libertad y publicado por una editorial que fue un hito en la historia de nuestro pueblo “Horizonte”.
Conversamos de las penurias y los desamores que se viven con mucha frecuencia en nuestros días. Una ves sobre la cama a mi amor le leí con lagrimas en los ojos estos versos hermosos de dignidad y esperanza. Son para llenarse el alma de pasión por el futuro le comentaba mientras mi manos recorrían su cuerpo…
Al día siguiente leyendo mis correos, esperando respuestas que jamás llegarían, me aparece el nombre de Marcos Ana: invitación a la presentación de su libro de memorias en la SECH, no podía creer tanta magia.
Invite por correo a una amiga de Temuco, encontrémonos en el parque Bustamante le dije, ahí donde saque estrellas de un charco de agua, donde me imagine que arrullabas mi corazón si no llegas igual estarás conmigo le dije.
Al día siguiente estaría en la casa de los escritores y podría llevar mi libro de no mas de 15 poemas, mi tesoro “Poemas desde la cárcel” ajado. amarillento, leído y releído muchas veces. Lo guarde en mi mochila para que pusiera su dedicatoria y su firma que espero su llegada 48 años.
La sala estaba repleta de amigos, compañeras(os), viejos y jóvenes, ahí estaba frente a nuestros ojos con su mirada tierna, humilde y grande entre los mas grandes de la literatura revolucionaria.
Junto a su libro amarré el mío, era mi modesto regalo a este ser humano, comunista de alma, que en su presentación nos dio el ejemplo de la militancia con el arte “ no se puede hacer arte sin ser revolucionario” nos desafió penetrando con sus palabras como una espada en nuestra conciencia. “Debemos enseñar los jóvenes quienes somos los comunistas” recalcó, aunque veamos muchas veces que nuestros partidos se vuelven conservadores ante la juventud.
Hice una fija de 30 minutos para que me firmara mi libro, sin embargo no pude contenerme y el dinero destinado a un par de zapatos para el invierno, se transformo en un libro de regalo para mis hijos, Fernado Quilodran dijo: leí el libro como un regalo para la vida y la esperanza, luego lo puse en mi estante con los otros cientos de libros que atesoro, sin embargo medite y pensé “que inconsecuencia”, este libro es para que circule de mano en mano, que lo lean miles de jóvenes, lo saque y se lo entregue a una joven de regalo, que sabia su decisión, la palabra por la esperanza y la vida es para que llegue a cientos y miles…
Llegue al lado de Marcos Ana con mis tres libros y un ejemplar de Mas Cultura la revista de Cultura en Movimiento…puse sobre la mesa “ Poemas desde la cárcel” el lo miro con sorpresa, miro a su editor y le comento, mira este no lo tengo, no lo había encontrado antes. Podría fotocopiarlo dijo su editor…y las palabras brotaron fluidas desde mi corazón, compañero ahora es suyo le dije a Marcos Ana, que menos podría entregarle a quien me nutrió con sus versos en años de clandestinidad…firmo el libro recién editado y camine erguido, sintiendo que regale un trozo de nuestra historia a un hombre que es la historia de la revolución de esta humanidad.